Sol España y Gabriel Ortiz residen en Dortmund hace más de 2 años. En aquel país viven una cuarentena flexible, en la que pueden hasta salir a hacer deportes. Los jóvenes se fueron a Europa después de casarse, para que Gabriel pudiera cursar un doctorado de ingeniería. En julio serán papás

Alemania ya superó los 160.000 casos de coronavirus y tiene más de 6.000 muertes. En ese contexto viven María Sol España (33 años) y Gabriel Ortiz (34), una pareja sanjuanina que está en la dulce espera: en julio llega Emma.

Lo que podría haber sido una aventura para la pareja, que se casó a fines de 2017 (tras 12 años de noviazgo) y en enero salieron hacia Alemania, se transformó en un cambio radical para sus vidas, a tal punto que su primera hija nacerá en Europa.

Gabriel es ingeniero eléctrico egresado de la Universidad Nacional de San Juan y se fue becado a hacer un doctorado a la Universidad Técnica de Dortmund. Sol no dudó en acompañarlo, para apoyarse mutuamente en el desarraigo.

Ortiz espera terminar la especialización a fines de este año. Pero hace tiempo inició también su vida laboral en aquella ciudad ubicada al Oeste de Berlín, a 8 horas en colectivo de aquella emblemática capital y a media hora de Bélgica. “Vine financiado por el Conicet y durante el transcurso de mis estudios obtuve una relación laboral con la universidad”, explica el joven desde la primavera alemana.

El profesional da clases en algunas materias de una maestría y es investigador del Instituto de Sistemas, Eficiencia y Economía Energética. “El sistema está organizado de una manera distinta al de Argentina y los salarios se financian a través de los proyectos”, asegura el sanjuanino criado en la zona de Desamparados. Ahora realiza home office, porque desde la llegada del Covid-19 cerraron la universidad, por precaución.

“Acá desde el principio de la pandemia se puede pasear en la vía pública. Si salís con personas que viven en tu casa podés hacerlo en familia. Pero si salís con alguien que vive en otra casa sólo se puede circular de a dos personas”, cuenta Gabriel sobre las medidas completamente opuestas a las de Argentina.

“No restringieron esa libertad de manera tan brusca, son muy precavidos con ese tema acá”, agrega el joven. Sol completa que a veces ven en las calles a “chicos que son amigos y van de a dos. Inclusive está permitido hacer deporte: caminar, correr o andar en bici”.

Gabriel y Sol van siempre juntos a comprar al supermercado. La joven diseñadora de interiores cuenta que allá el foco de atención no está tan puesto en las embarazadas, sino que protegen más a los adultos mayores. A Sol, por ejemplo, no le han puesto alguna vacuna como refuerzo contra el coronavirus.

Hace poco fui a la cita con la ginecóloga y me dijo que hay que cuidarse, pero que en este caso no entra en riesgo el bebé, que no me asustara tanto. La preocupación que tienen los médicos es por las personas que padecen una enfermedad crónica previa o por los de mayor edad”, explica la joven que vivió su adolescencia en pleno centro sanjuanino.

“Acá hemos visto a gente grande en la calle, nos encontramos con personas de entre 60 y 70 años andando en bici, caminando o en el súper”, dice Gabriel. El ingeniero cuenta que no ve que en Alemania “la gente entre en pánico” y por eso le aconseja a su familia en San Juan que no se asuste, porque nota que en su país hay un alerta distinto por la pandemia.

A pesar de que el ataque del coronavirus inició hace casi dos meses en aquel país y comenzaron la cuarentena hace poco más de un mes y medio, los jóvenes dicen que recién a partir de este lunes dispusieron la obligatoriedad en el uso del barbijo en la vía pública.

Eso va de la mano de la apertura de los comercios, que se produjo el lunes 20 de abril. “La restricción es sólo para bares, restaurantes y locales que superen la superficie de 800 metros cuadrados”, aclara la pareja.

“Nosotros vivimos en un departamento alejado del centro, es una zona más residencial. Estamos rodeados de bosques y podemos salir a caminar”, cuenta la diseñadora.

Junto a su esposo recuerda que antes de la emergencia sanitaria se dieron el gusto de ir a ver un partido del Borussia Dortmund, uno de los equipos más grandes del país, el de más poderío en la ciudad que habitan y en el que juega el puntano exBoca Leonardo Balerdi. “Es un show impresionante”, dicen.

Gabriel cuenta que desde un primer momento en Europa compararon los números bajos de Alemania con los contagios en Italia y España. “Decían que eso se da por una diferencia cultural, porque los italianos son parecidos a los argentinos, que se juntan mucho más en familia. Los alemanes son más fríos”, explica.

En el ingreso a los supermercados, en Dortmund le exigen a la gente que haga fila con el changuito, para asegurarse de que mantenga la distancia, y piden que los clientes paguen con tarjeta de débito, para evitar la manipulación de billetes.

A los colectivos se sube por la puerta trasera y dejaron de pedir el ticket, por lo que la gente paga con una tarjeta parecida a la Sube argentina. Además hay mucha distancia entre los pasajeros. Esas condiciones permanecerán por lo menos hasta este domingo.

En aquel país, la semana pasada decidieron iniciar el ciclo lectivo pero con clases en forma online. “Este domingo hemos visto una entrevista al gobernador de esta provincia y vemos que ya están criticando a -la canciller alemana Angela- Merkel, porque los jardines de infantes están cerrados y dicen que eso puede traer consecuencias, porque los niños pierden el vínculo social”, apunta Gabriel.

Los jóvenes sanjuaninos cuentan que pese al poderío económico de Alemania, las autoridades ya están viendo con preocupación el impacto de la cuarentena y “hay mucha gente que recibe ayuda del gobierno, sobre todo en las pequeñas empresas”.

“Vimos que había como una especie de pánico en Argentina, que es algo que no lo hemos visto acá. A nuestros familiares les dijimos que traten de no dejarse manejar por el miedo y respetar las recomendaciones que da el gobierno”, relata la pareja que se conoció en bar Arena, del Parque de Mayo, cuando tenían 21 y 22 años.

El matrimonio está en permanente contacto con sus afectos de San Juan, a través de videollamadas o mensajes de WhatsApp. “Es dura la distancia, lo sentimos sobre todo para las fiestas de fin de año. Pero hoy no vemos factible nuestro regreso en el corto plazo, por la situación económica del país”, aseguran.

Aunque para este año tienen la ilusión especial de poder pasar Navidad y Año Nuevo con sus familias (cuando la pesadilla del Covid-19 cese), después de dos años de ausencia por su tierra. Para esa cita ya no serán solamente dos, porque la alemana Emma vendrá a conocer a sus abuelos.

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rodrigolosdioses@hotmail.com

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