El 22 de marzo de 1993 se conmemoró por primera vez el Día Mundial del Agua. Cada año en esta fecha se recuerda la importancia de este recurso y se aboga por su gestión sostenible. Pero ¿qué ocurrió con el acceso al agua en los últimos años?

En 2015 el mundo se comprometió a tomar medidas para hacer frente a la crisis hídrica, con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: agua y saneamiento gestionados de forma segura para todos en el 2030.

Sin embargo hoy, en el 2023, 1 de cada 4 personas (2000 millones de personas) viven sin acceso a agua potable. Estamos lejos de cumplir el objetivo, por lo que este año la ONU, en conmemoración del Día Mundial del Agua, propone centrarse en acelerar el cambio para resolver la crisis del agua y el saneamiento.

En la página oficial de las Naciones Unidas, la organización afirma que “los últimos datos muestran que los gobiernos deben trabajar un promedio de cuatro veces más rápido para cumplir con el ODS 6 a tiempo, pero esta no es una situación que pueda resolverse con solo un actor o grupo”.

Es importante que tomemos medidas, ya que es una problemática que nos afecta a todos.

Para ello, el Programa Mundial para el Desarrollo de los Recursos Hídricos (WWAP) de la UNESCO, en nombre de ONU-Agua, publica un informe anual sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo. Con ello pretende proporcionar a los responsables de la toma de decisiones herramientas para formular e implementar políticas de agua sostenibles. El tema anual del Día Mundial del Agua está alineado con el enfoque del informe.

La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, reflexiona que «en este Día Mundial, la UNESCO recuerda que el agua, cuyo ciclo es planetario, desafía constantemente las fronteras humanas. Así pues, actuemos en consecuencia y tratemos el agua como lo que es: un bien vital y común de la humanidad, que debe por tanto considerarse a escala de toda la humanidad.»

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