Hasta junio, Las Hilarias asistió 390 interrupciones del embarazo con Misoprostol, casi el mismo número que en todo el 2019. Las socorristas lanzaron el observatorio Clandestinos No, en donde concentrarán la informes, análisis y experiencias sobre abortos en el país.

El Ministerio de Salud Pública de San Juan no difunde datos sobre la cantidad de interrupciones legales del embarazo que se realizan en el sistema sanitario con apoyo en la legislación vigente, que data de 1921. Pero el aborto existe, tanto los que se realizan dentro del marco normativo como los que se hacen en el circuito clandestino. En San Juan la agrupación socorristas Las Hilarias acompañan a personas que deciden interrumpir un embarazo con Misoprostol. Integran la articulación nacional llamada Socorristas en Red junto con otras 55 agrupaciones distribuidas a lo largo y ancho del país.

Este 28 de septiembre, día de lucha por la legalización y despenalización del aborto en América Latina y El Caribe, las socorristas lanzaron un observatorio denominado Clandestinos No, en donde se concentrarán informes, análisis, experiencias e información general sobre los procesos de aborto legales que acompañan.

Desde enero a junio del 2020, Las Hilarias asistieron a 390 personas que decidieron abortar. En el 2019 brindaron información a 477, y acompañaron telefónicamente durante sus procesos de aborto a 426 de ellas, por lo que creen que casi se duplicarán las interrupciones del embarazo cuando concluya este año. ¿Por qué las cifras crecen? El análisis que hacen desde la agrupación es multifactorial. “La decisión de abortar siempre implica un proyecto de vida, un deseo de terminar una formación educativa, un proyecto de familia, de decidir el momento de la maternidad, de decidir o planificar cuántos hijxs tener y cuándo no se quiere tener más, entre otras razones muy variadas”. Pero también, las mujeres y otras personas con capacidad de gestar, poco a poco acceden a más información sobre el aborto. Por otro lado, en la actualidad el tema económico y la incertidumbre que trajo aparejada la pandemia llevó a más personas a tomar la determinación de no continuar con los embarazos.

“La incertidumbre laboral, educativa, sobre el acceso a la vivienda, el tema económico en sí, son algunas de las razones que llevan a las mujeres a tomar esta determinación. Todas estas situaciones llevan a aunar y sostener la decisión de abortar”, explicó una de las socorristas.

Las socorristas organizan su militancia en torno a ciertos momentos fundamentales que les permiten llevar adelante el propósito de acompañar a quienes abortan. En primer lugar, reciben el llamado telefónico de la persona que solicita información. En ese momento coordinan un taller informativo, que en época pre pandemia era presencial, pero en condiciones de aislamiento se transformó en taller virtual. Los talleres son grupales, y esto es importante porque las personas que asisten pueden ver que no son las únicas que necesitan abortar; de alguna manera pueden verse reflejadas en la experiencia de otras y empatizar con ellas. Durante el taller las socorristas comparten información sobre cómo es abortar con medicamentos de manera segura y cuidada. Posteriormente, en un momento previamente planificado por la persona protagonista del aborto, se lleva adelante el acompañamiento telefónico para quienes deciden interrumpir el embarazo.

Según la Organización Mundial de la Salud el Misoprostol es el medicamento farmacológico más efectivo para abortar. Es igual de seguro para la salud física de la gestante que la técnica de aspirado. Este medicamento se lo prescribe para la gastritis pero como produce contracciones uterinas, se lo usa en países como Uruguay, Inglaterra, Islandia, Finlandia para abortar. También en Argentina, las interrupciones legales del embarazo (ILE) se hacen principalmente con misoprostol.

La venta de Misoprostol en farmacias solo está prohibida en Mendoza y en San Juan. Dos laboratorios producen esta droga (Laboratorio Beta y Laboratorio Domínguez). Recientemente se sumó el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), que es un laboratorio público de Santa Fe. Justamente las agrupaciones feministas piden que más laboratorios se dediquen a producir esta droga para que el precio baje.

Las socorristas lanzaron un observatorio en donde se exponen las formas de acceso a abortos seguros en el sistema de salud, posible sobre todo gracias a articulaciones previas con profesionales de la salud respetuosos de este derecho. Pero también en el observatorio difundirán las barreras que las mujeres u otras personas gestantes encuentran en el sistema sanitario a la hora de practicarse un aborto bajo la normativa vigente. En primer lugar, aseguran que hay desconocimiento de los alcances de la legalidad del aborto en Argentina. En muchas ocasiones los profesionales de la salud piden autorizaciones judiciales o denuncias por violación, pero en ningún caso esto constituye un requisito legal para llevar adelante un procedimiento de aborto en el marco de la ley. Para quienes presentan dudas, se habilitó un 0-800 desde el Ministerio de Salud de la Nación, para que toda persona pueda conocer el alcance de la ley vigente.

En la Justicia sanjuanina no hay mujeres que hayan sido enjuiciadas por abortar. Al menos en los últimos cinco años. En lo que respecta a los médicos, sí continúan procesados los médicos Federico Bazán y Federico Antequeda junto con la abogada Paola Miers, quienes en agosto de 2018 trataron de impedir un aborto no punible en el Hospital Rawson a una niña con retraso madurativo que había sido víctima de una violación.

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